Hoy te comienzo a escribir porque creo que han pasado suficientes años de desencuentros y lejanías, me cuesta recordar los momentos y las charlas que tuvimos, ahora son como si nunca hubieran existido. Me encuentro sólo en casa, en la quietud de mi oficina y mis libros, con cierto sabor en mi mente a tiempos de luchas y desafíos en los cuales tuvimos asidua participación, enfrentando peligros que no eran con salida fácil a la supervivencia, es más, había momentos en donde creímos que no volveríamos a ver la luz del sol, pero se ve que la suerte estaba echada hacia nuestro lado. Aparte, poco nos interesaba, puesto que peleábamos por el bienestar de la gente desamparada y expuesta a todos los abusos que este sistema maldito le iba proporcionando a los desvalidos.
Volviendo al presente, me han llegado noticias que aseguran que hace un largo tiempo te has ausentado de tu hogar, que un día sencillamente te levantaste, como si no quedara nada detrás de ti, tomaste tus cosas y te fuiste a recorrer otros caminos. Me cuentan tus más cercanos que pre-anunciaban una actitud de este tipo en tu vida porque tus ojos día a día iban, como dice la canción de baglietto, perdiendo algún destello. Ese brillo que siempre te caracterizó como una persona inquieta y vivaz, que hacía perder el mal humor hasta al tipo más enojón y tu carisma único, que lograba que el más marginado e infeliz creyera que podía conquistar al mundo después de haber tenido una charla contigo, sencillamente había quedado en un vago recuerdo. Me dicen que tu diálogo había comenzado a revestirse de términos que apelaban a la apatía y la frialdad como si de repente hubieran desaparecido todos los habitantes de la tierra y tus palabras fueran para llenar tu propio interior desolado y entenebrecido. No lo podía creer, porque yo nunca conocí a la persona que me describían, más parecería una confabulación de malvados que querían destruirte porque no soportaban tu felicidad. Sin embargo he escuchado la opinión de algunos que te aman de verdad y eso me hace temblar, porque sé que serían incapaces de producir la más mínima tristeza en tu vida. Me dicen que cada tanto vuelves a aparecer, pero que ya no hablas con nadie ni permites que nadie se te acerque, que te has convertido en un ermitaño de estos tiempos, rodeado de gente pero inmensamente sólo.
Comprenderás amigo, que sencillamente no me puedo quedar con lo que dicen, yo te conocí en los juegos de la infancia y las travesuras de aquellos que se resisten a crecer desafiando el proceso natural de la vida, yo crecí contigo soñando y riendo, juntos fuimos forjando el carácter que nos llevó a convertirnos en personas de lucha y entereza, que jamás doblegaban sus convicciones ante nada ni nadie. Estoy tratando de hacer vívidas cada una de las aventuras que atravesamos juntos para que el momento de nuestro encuentro sea como si nunca nos hubiéramos alejado. Sin embargo no puedo quitar de mi cabeza todas estas cosas que dicen de ti, como por ejemplo que un día para el otro dejaron de importarte las causas nobles y los intereses de aquellos que son maltratados por los abusos de poder, que cambiaste tu sonrisa cálida por un rostro petrificado que hace que los niños se alejen de ti creyendo que están delante de un ser temible. Que no volviste a preguntar por tu familia y que sólo te ven rodeado de sombras lúgubres e inexpresivas que cubren como un manto de niebla sepulcral todos los lugares en donde antes estaba la vida. No logro comprender que cosas así puedan suceder de un día para el otro en la vida de un ser humano ¡No en la tuya mi amigo! Una cosa más… he intentado ir a verte, pero esas sombras no me permiten avanzar hacia ti, se plantan indoblegables ante mí y con un dejo de cruel apatía sólo me dicen que, te envíe una carta, que sólo así se puede acceder ante el Jefe del Municipio. Espero que esta te llegue, la puedas leer y tengamos la oportunidad de recordar nuevamente viejos tiempos donde nuestros valores no tenían precio ¡No te olvides!
Atte. ¡Tu amigo Carmelo!
a causa de la maldad el amor de muchos se enfriara. Jesus
Yo era un hombre bueno
si hay alguien bueno en éste lugar.
Pagué todas mis deudas,
pagué mi oportunidad de amar.
Sin embargo, estoy tirado,
y nadie se acuerda de mí,
paso a través de la gente,
como el fantasma de Canterville.
Me han ofendido mucho
y nadie dio una explicación.
Ay! si pudiera matarlos,
lo haría sin ningún temor.
Pero siempre fui un tonto
que creyó en la legalidad
ahora que estoy afuera, yo sé lo que es la libertad.
Ahora que puedo amarte
yo voy a amarte de verdad,
mientras me quede aire, calor nunca te va a faltar,
y jamás volveré a fijarme en la cara de los demás.
Esa careta idiota que tira y tira para atrás.
He muerto muchas veces
acribillado en la ciudad,
pero es mejor ser muerto que un número que viene y va.
Y en mi tumba tengo discos
y cosas que no te hacen mal.
Después de muerto, nena,
vos me vendrás a visitar
vos te acordaste de baglieto, yo me acorde de Leon. Kar
Chaaa... que letra Kar!!!
Yo no se si será la vida que hemos llevado, o los problemas actuales lo que nos hacen olvidar las cosas buenas; y lo que fuimos alguna vez. Un ejemplo de ello es que cuando fuimos chicos nos sumimos en la aventura de vivir dejando de lado los egoísmos, sorteamos peligros con una capa hecha de un trapo que encontramos por ahí y una espada de madera que nos defendía de todos aquellos que nos quisieran hacer mal. Ahora ni siquiera sabemos donde buscar la madera para hacer la espada. Es mas, todos vivimos en un mundo vacío de juegos, y ya no nos animamos a conquistar el mundo. Es como si viviéramos en dimensiones diferentes. Cada uno de nosotros, compañeros de aventuras partimos por caminos diferentes y al emprender este viaje también nuestra memoria se fue pero por otro diferente al nuestro.
Ahora ya grandes, en la década de los 40, nos volvemos a encontrar pero ya ni la espada ni la capa es la misma. La primera hiere sin recuerdos y la segunda esconde la verdadera vida que estamos viviendo. Ni siquiera la mirada triste de un niño nos conmueve pero es porque estamos ciegos de sentimientos; como no poseemos sentimientos verdaderos tampoco los vemos en el otro.
Todo esto me lleva a pensar… ¿Cómo podemos odiar a alguien si no sabemos amar? Una gran pregunta… ¿Tendrá respuesta?
Tenemos que recuperar querido amigo los valores perdidos, la sonrisa, las caricias, el saludo cordial a los mayores aunque no los conozcamos, y el bagaje de cosas bellas que perdimos cuando emprendimos este difícil viaje hacia la adultez. Y debemos abrir nuestro corazón, sin pensarlo tanto, (chiste)…
Respecto a tu amigo de corridas al que te referís en esta carta, espero que pueda leerla, comprendiendo lo que realmente le estas reclamando y que al recordar los buenos momentos, le regale a los que lo rodean, la atención que le solicitan.
Si sigue así aparte de solo va a estar vacío.
Justo hoy le deje a un amigo un comentario, en el que poquito hablamos de los valores y sentimientos que olvida la gente, cuando se les sube un cargo a la cabeza por poner un ejemplo, y uno se pregunta una y mil veces, y donde esta todo eso que vivimos en nuestra infancia y adolescencia, donde quedo ese pacto de amistad hasta el infinito que se sello con un simple abrazo, un beso o un apreton de mano. Porque la gente cambia a cambio de algo que cuando menos esperas dejas de tener. En fin, me encanto leerte, muy claro y profundo.
Una locura querida amiga, pero pensaba en lo mismo sobre la amistad y los sueños que nos unían desde la adolescencia, de como los asesinamos sin compasión por una paga, que como decís, en cualquier momento dejas de tener. Éxitos con tu taller!!!
Muy buen aporte Isa, me sigue llevando a la reflexión. Ese viaje hacia la adultez del que hablás. ¿Habremos empacado la valija con los valores necesarios? No quiero ni pensar en las cosas que nos alvidamos de cargar. En cuanto al amigo de corridas de la historia, sólo cruzó por mi imaginación como también el rol en el cual lo coloqué. Aunque por supuesto existe en otras circunstancias, quizás, sólo quizás... pude haber sido yo, ja.
es muy posible que en el apuro de pasar de un estamento aa otro nos hayamos olvidado de algo pero creo que nosotros valores temenoss , lo que pasa es que la sociedad actual los esta modernizando de tal forma que les hace perder su escencia no te parece???y respecto al personaje de tu escrito no creo seas vos, porque me parece serías incapaz de olvidarte de los queridos amigos, tu ser no te lo permitiría... o me equivoco???